Este comic refleja la diferencia clara entre enseñar y aprender, puesto que uno de los niños protagonista afirma a otro compañero haber enseñado a silbar a su perro, este compañero al no creérselo quiere que el perro se lo demuestre, pero un animal en realidad no dispone de la habilidad de silbar , por lo que por mucho que el niño le haya enseñado no conseguirá nunca que su perro aprenda a hacerlo, es aquí cuando el niño concluye que había intentado enseñarle pero que aunque lo haya hecho, no significa que lo haya conseguido.
Joana Cano